tag:blogger.com,1999:blog-283794562024-03-13T08:41:15.726+01:00Sin talante ni talentoUn espacio para los repudiados y sus anécdotas más absurdas y sin sentido.Unknownnoreply@blogger.comBlogger16125tag:blogger.com,1999:blog-28379456.post-33044992661036748222008-07-13T22:54:00.000+02:002008-07-13T22:55:54.750+02:00¿Soy leyenda?Desde hace algún tiempo vengo observando que algunos de mis compañeros varones de sexo masculino parecen cambiados. Como si alguna radiación hubiera mutado sus genes o algún virus mortífero hubiera disuelto sus ya escasos sesos. Y creo saber de qué hablo. No hace mucho tiempo, caminaba un viernes por la noche cuando, de repente y de las tinieblas apareció un ser fantasmagórico, enjuto y casi jorobado que me espetó a bocajarro "¡Menudo aguante tienes que tener! ¡Ir con tres tías!". El susto del momento me impidió comprobar que su aseveración era cierta: caminaba con tres damas. Imagino que no pudo ver mi cara de pavor mientras se alejaba profiriendo toda serie de injurias contra mis compañeras del género femenino. Hombres-lobo y vampiros siempre han habido, y por extensión intuía que zombis también, pero hasta ese momento no me había topado con ninguno. En ese aspecto mi suerte había acabado.<br />Traté de superar el enorme susto como pude y seguí dedicándome a mis habituales investigaciones científicas, que tanto tiempo me ocupan. Pensaba que aquello no era si no un hecho aislado y que aquel engendro pronto terminaría en la mesa de disección de alguno de mis ilustres colegas científicos, pero estaba equivocado.<br /><br />Al poco de aquel incidente y durante un concierto de música sacra, me vi abordado por otro espécimen que, de muy buenas maneras y, con actitud caballeresca me dijo "Señor, usted es ya una leyenda de esta ciudad por estar rodeado de estas tres bellas señoritas". Horrorizado comprobé que se repetía el patrón de comportamiento: un hombre del género masculino se sorprendía de, para él, tan extraña mezcla: un varón y tres damas. Traté como pude de recomponer mi rostro desencajado y, con una mueca que simulaba una sonrisa, procuré alejarme de ese ser con aspecto de señor ebrio pero que sin duda comenzaba a notar los efectos del virus que también aquejaba al primer espécimen. Comenzaba a desconfiar de que tal comportamiento fuera un simple hecho aislado y atisbé que quizá el virus se había extendido. O a lo peor el engendro del callejón había ido mordiendo y contagiando a cuantas buenas gentes pudo antes de caer consumido por el virus mortal.<br /><br />Tenía ya la mosca detrás de la oreja tras estos dos incidentes tan cercanos y de temática tan similar. Mi cerebro de científico me decía que dos casos así en tan poco espacio de tiempo no podían ser una mera coincidencia. Mis peores temores se confirmaron pocas semanas después. Durante una velada en nuestro club, nuevamente fuimos interrumpidos por un caballero de aspecto ebrio. La cosa no hubiera tenido mayor importancia si dicho caballero no hubiera argumentado que yo le asemejaba a Baudelaire, el poeta del amor (sic) ya que, según él, departía rodeado de tres hermosas damas. En ese momento él y yo nos retirábamos el uno del otro a velocidad constante. Él, ayudado por un camarero que nos preguntaba si las palabras del, para él, ebrio caballero nos habían molestado. Yo, de motu propio movido esta vez ya por el pánico y el miedo de haber sido contagiado por el virus. Confieso que fui cobarde y corrí. Ni siquiera pude avisar al buen camarero y advertirle de que la más mínima cercanía con aquel engendro podía acabar contagiándolo de esa horrible y desconocida enfermedad que reblandece los sesos a los miembros del género masculino.<br /><br />Desde entonces vivo recluido en mi laboratorio, tratando de averiguar qué extraña pandemia ha atacado tan violentamente a mis compañeros de género convirtiéndolos en zombis sin juicio. Por qué las mujeres del género femenino son inmunes a dicha dolencia y, sobre todo, por qué yo no he sido contagiado todavía pues intuyo que, por algún motivo, soy también inmune a este triste padecimiento.<br /><br />A los varones sin contagiar yo les digo “¡Estad alerta! ¡Escondeos en vuestras casas y no salgáis de debajo de vuestras camas!”. Para las damas, “¡Tened fe! Algún día los varones volveremos a recuperar el seso y el entendimiento que, sin duda, un día tuvimos”. Y a los pobres engendros contagiados que, imagino, no saben leerme, decirles que no desesperen. Lucho cada día por encontrar el antídoto que los saque de su estado de podredumbre mental. Soy el doctor Rappael de la Ghetto. ¿Soy leyenda?Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-28379456.post-51139075529152017952007-05-15T21:24:00.000+02:002007-11-15T13:26:25.451+01:00La soledad es muy, pero que muy mala.Sábado noche, un sábado y una noche cualquiera, nada especial, ningún evento social de importancia, sólo en perspectiva pasar una agradable noche con los amigos. <br /><br />Un bar ya conocido, que siempre había sido un lugar tranquilo. Mesa para cuatro, risas y un café. Es inmensa nuestra capacidad para charlar horas y horas alrededor de una taza vacía. <br /><br />De repente, una cabeza asoma por encima de mi hombro izquierdo, rozándome casi la oreja, y dice: <em>"tás soltera?" </em> Así, a bocajarro, sin previo aviso.<br /><br />Descripción de la cabeza: pelo greñudo y negro, no demasiado limpio, cara de pan, con gafas creo que de pasta, tipo Filemón, grasa, o sudor, o algo brillante en la cara, no muy bien afeitada.<br /><br />Descripción completa del elemento: tipo gañán, pero urbanita.<br /><br />¿Qué respuesta esperaba recibir, “sí, estoy soltera y he estado esperándote toda mi vida”?<br /><br />He de decir en honor a la verdad, que la pregunta, bien que inesperada, no puede decirse que fuera totalmente imprevista, puesto que ya desde que nos acercamos a pedir a la barra el elemento en cuestión nos estuvo observando e incluso haciendo alguna que otra apreciación acerca de nuestra capacidad para llegar a la mesa con los cafés intactos. Lo cual no quita para nuestra sorpresa y consiguiente cara de asombro.<br /><br />Y es que la soledad es muy, pero que muy mala, y cada uno trata de hacerle frente a su manera.Tanahuhttp://www.blogger.com/profile/12593242614057355883noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-28379456.post-87111190872211405992007-03-07T13:20:00.001+01:002007-03-07T13:22:03.372+01:00LAS TRES PESVoy a dedicar unas líneas a las Tres Pes. Supongo que os estareis preguntando qué demonios son las Tres Pes. Paciencia (esta no es una de ellas,je,je), enseguida os desvelaré el misterio. <br /><br />Las Tres Pes no son sino tres metas que debe alcanzar toda persona de bien que ha llegado a una cierta edad. Comencemos por esta última parte: edad requerida. Uno puede alcanzar los objetivos que suponen las Tres Pes antes de la edad requerida. Si lo hace será poco más o menos que un héroe, sobre todo si ha logrado alcanzar las tres. Alcanzar alguna de ellas no debería resultar del todo complicado, y es muy habitual que personas de menos edad hayan cumplido con alguna de estas exigencias. Pero es muy poco probable encontrar a alguien que antes de la edad requerida haya cumplido con todas ellas. En fin, a lo que estamos. ¿Eres un treintañero?, entonces, amig@ mío, se te exige cumplir con las Tres Pes, o al menos demostrar un interés vivo y real en alcanzar tus compromisos con la sociedad. Un treintañero “debe” cumplir sin falta con esos tres compromisos. Sin falta, sin quejas y sin demora. <br /><br />Y después de tanto preámbulo, os desvelaré el secreto de las Tres Pes:<br /><br />- Piso<br />- Pareja<br />- Puesto de trabajo, a ser posible fijo y bien remunerado, y de no poder ser ambas cosas, ya uno elige cuál de ambas le interesa más.<br /><br />Bueno, pues ya está desvelado el misterio de las Tres Pes. Así que ojito con no cumplirlas, amig@s que estais en la treintena, porque el que no alcanza sus objetivos no sale bien en las fotos de familia. Vamos!! A ponerse las pilas, que aún veo que os queda bastante por hacer!!!!Tanahuhttp://www.blogger.com/profile/12593242614057355883noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-28379456.post-84389495408841833372007-03-06T09:32:00.000+01:002007-03-06T09:33:33.086+01:00SITUACIONES ABSURDAS (TOMA DOS) LOS CINCO EN LONDRESLas diez de la noche. Aterrizamos en Londres, capital de los Hijos de la Gran Bretaña. Nadie ha venido a nuestro encuentro. De todos modos, eso ya lo sabíamos. D. nos advirtió de que ella no podría ir a buscarnos, tenía clase. Así que allí estábamos como cinco panolis, con nada más que un número de teléfono garabateado en un papelucho, sin conocer la dirección de nuestra amiga. Y claro, nos dispusimos a hacer uso del papelucho. Primer problema: el número estaba apuntado para llamar desde España, ¿cómo se llama desde el mismo Londres? Eso significaba simplemente cuántos números había que quitar del principio para que nos quedara el número que necesitábamos. Con esta idea, nos pusimos manos a la obra, es decir, nos pusimos a preguntar a todo el que pasaba (con cara amistosa, cosa no muy fácil por aquellas tierras), y en nuestro inglés puramente mañico cómo se llamaba por teléfono en Londres. Las caras de los flemáticos ingleses e inglesas ante nuestra pregunta, a esas horas de la noche, no tenían desperdicio. Iban desde el estupor al cabreo, pasando por todos los estados de ánimo de quien ha sido molestado por una panda de hispanos estúpidos.<br /><br />Finalmente, un bondadoso ciudadano nos dio la solución, y continuamos con nuestra tarea: localizar a D. Una tarea simple, a primera vista. Pero imposible de realizar en la práctica. Cada vez que marcábamos el número de teléfono una voz de chica al otro lado contestaba en inglés y colgaba acto seguido, sin escuchar una sola palabra nuestra. Probamos suerte los cinco, y los cinco obtuvimos el mismo resultado. Aquella parecía la voz de P., la amiga de D., así que el número debía ser el correcto, pero entonces, ¿por qué nos colgaba? Al final terminó por no descolgar, claro, así se ahorraba tener que colgar.<br /><br />El mosqueo que podíamos haber pillado se transformó en una jarana increíble, literalmente nos estábamos tronchando de la risa, pensando en nuestra situación: estábamos en Londres, una ciudad pequeñaja y que se recorre en cinco minutos, nuestra amiga estaba en alguna casa de esa ciudad, y no teníamos la más remota idea de cómo llegar hasta ella.<br /><br />Al final se impuso la lógica: a alguien le sonaba la estación de metro más cercana a donde supuestamente vivía D., y allá que nos fuimos alegremente. Al llegar a la salida, casi en la calle, nuestros amigos (compañeros de viaje, más bien, porque no nos conocíamos demasiado), se lanzaron hacia una chica morena como si de ella dependiera la salvación del mundo. M.. Yo pensé que la enviaba D., y no le dí mayor importancia, pero aquello era para dársela, y mucha: ella simplemente pasaba por allí. ¡Increíble! Habíamos encontrado en una ciudad tan pequeñita como esa a la persona que nos podía decir dónde estaba la casa de D., incluso nos llevó ella misma. Para que luego digan que los milagros no existen.<br /><br />Fin de la primera parte, habíamos llegado a nuestro destino.<br /><br />Ahora era el turno de la segunda parte, la absurda cena.<br /><br />Una idea aproximada de la situación: cinco personas llegan a las once y media de la noche a una casa de Londres en la que conviven, mal que bien, dos españolas, un galés y un mexicano. ( Esto se parece al comienzo de un chiste...)<br /><br />El galés directamente dice que a él le importa una mierda dónde pasen la noche esas cinco personas, el mexicano ni aparece, y las españolas se dedican a hablar medio en inglés medio en español, que si aquí no cabeis todos, que si habrá que buscar algo... podría haber sido una situación de lo más bochornosa, de no ser por el hambre que traíamos.<br /><br />Llevábamos un montón de horas sin comer nada, y nos importaba poco dónde nos ubicaran estos extraños huéspedes, así que nos afincamos con toda tranquilidad en la mesa de la cocina, sacamos nuestras escasas provisiones, y nos pusimos a comer voraces, ante las atónitas miradas de los inquilinos, que se quedaron de pie.<br /><br />Tuvo que llegar un amigo español, rapero, estrafalario y amable, para que nos buscara acomodo. Las chicas estaba decidido que nos quedaríamos en la casa, y los chicos... para ellos comenzó la odisea de la conquista del catre. Se marcharon con este simpático rapero a eso de las doce de la noche, que equivale a decir las tres de la madrugada en España, y al día siguiente nos contaron su aventura.<br /><br />Como por aquel entonces no éramos los potentados que somos ahora, ni teníamos estas haciendas y estos posibles (¿) los pobres chicos buscaron lo más barato que hubiera en la ciudad, y esto, ya se sabe, tiene sus riesgos. Llegaron a un lugar que era en el piso bajo un pub de mala muerte, y subiendo unas escaleras, una enorme habitación comunitaria, con montones de camastros a ambos lados. Había gente durmiendo, pero eso no impidió que el dueño de aquel extraño híbrido encendiera la luz y empezara a comprobar en cuál de aquellos camastros no había bulto. 5 libras, ese era el precio de la noche en ese palacio. Claro, por ese precio, no se podía pedir una habitación en el Ritz.<br /><br />Los amigos estaban acostumbrados a viajar y a ver cosas raras, pero aquello les superó. Dijeron que no como pudieron, y se fueron como alma que lleva el diablo. Más tarde supimos que a sitios como ese van personas con muy muy pocos posibles, casi todos ellos gente que acaba se salir de prisión.<br /><br />Al final encontraron acomodo en una especie de residencia, no precisamente de estudiantes, que hoy ya no existe, muy barata, lo que da una idea de la exquisitez de las habitaciones, poblada por seres de lo más peculiar, pero al menos, no tan aterradora como el pub-exprisioneros-camp.<br /><br />Y este fue el comienzo de uno de los viajes más divertidos de mi vida, que dio pie a otras situaciones igualmente absurdas, que quizá cuente en otra ocasión. FINTanahuhttp://www.blogger.com/profile/12593242614057355883noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-28379456.post-68347918620423227282007-01-10T01:05:00.000+01:002007-01-10T01:11:32.322+01:00LA DICTADURA DE LA DIVERSIÓN III. LAS FIESTAS DEL DICTADORAl igual que el de Jesucristo, el reino de los dictadores de la diversión no es de este mundo. Su reino es la noche. Para ser más exactos, el sábado por la noche.<br /><br />Las dictadoras de la diversión únicamente pueden sentirse bien en ese espacio de tiempo. Tan vacía, triste y sin sentido resulta su vida. Cual Cenicienta del Todo a Cien, su reino se desvanece los domingos por la mañana. Pero he aquí que en su genialidad las dictadoras encuentran la manera de rellenar convincentemente los 6 días y 18 horas restantes. Se trata de convertir esos días y horas en antesala del siguiente sábado. ¿Cómo? se preguntarán la mayoría de los mortales. Muy sencillo: comenzando a planificar la siguiente noche del sábado desde el mismo domingo. Ello conlleva una segunda ventaja: no se deja margen de maniobra a la Resistencia. Lo que la junta dictatorial decide el domingo (y a veces el mismo sábado por la noche) se comunica a los cortesanos el lunes por la mañana bien temprano, a modo de edicto real y vía e-mail. Sutil, pero firmemente, se anuncia. Ni se consulta ni se negocia, se impone: “Para este sábado hemos pensado hacer una cena sólo para chicas. Fulanita, Menganita y Zutanita ya se han apuntado”. Lo que quiere decir, de forma poco velada, que si no mueres al palo del plan propuesto por la junta dictatorial, tienes muchos números para quedarte sin plan ese día (y eso, en la mente de un dictador de la diversión, es un desastre absoluto y demoledor).<br /><br />Así, transcurre la semana esperando que llegue el sábado. Y cuando ese día llega, todo ha de salir a pedir de boca o los pobres cortesanos sufrirán las iras del dictador. Esa noche, los cortesanos han de divertirse con su señor. Es su obligación.<br /><br />En sus dominios, el dictador disfruta moviéndose entre ingentes cantidades de cortesanos y aduladores. Gustará de tener 2, 3 o más grupitos de satélites girando a su alrededor y siendo el único nexo de unión entre ellos. Eso le hace sentirse más importante, desde luego mucho más que los pobres cortesanos sin consorte o que esos aburridos repudiados que no saben divertirse. El dictador saltará de uno a otro grupo fingiendo que reparte su atención por igual entre todos ellos. En un alarde de consideración hacia sus súbditos y cortesanas quizás tratará de que todos se presenten. Esto motivará la típica situación “Recepción del Embajador”: un desfile de besos, apretones de manos y nombres por doquier para acabar reconociendo que, tras diez minutos de presentaciones, no hemos sido capaces de recordar más que dos nombres y ni siquiera podemos ponerles cara.<br /><br />El garito es su reino y allí, el dictador adquiere todo su poder. Ha trabajado toda la semana para llegar al momento y el lugar en que su vida adquiere sentido: sábado por la noche en un garito de copas y rodeado de gente. Es el momento de diversión supremo que justifica con creces la dictadura de la diversión.Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-28379456.post-1167250352702484612006-12-27T21:08:00.000+01:002006-12-27T21:13:19.826+01:00EL MONÓLOGO DE SUSANA J.Raúl Cimas "improvisa" este <a href="http://www.jbnightology.com/christmascard/monologo.php?id=1534857476">monólogo </a>sobre nuestra amiga Susana. Y, aunque sabemos que no es cierto, casi casi parece que de verdad la conozca. El sitio web del enlace podría pedirte tu fecha de nacimiento. No te asustes, es para asegurarse de que puedes beber su producto.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-28379456.post-1164283150170359722006-11-23T12:58:00.000+01:002006-11-23T12:59:10.173+01:00LA DICTADURA DE LA DIVERSIÓN II: LAS NUPCIAS DEL DICTADORPor supuesto, una de las aspiraciones de los nuevos dictadores será contraer nupcias. Ello es normal, ¡se aburrían tanto! Pero antes será necesario sumergirse en el mundo de los candidatos. En esta fase, los cortesanos juegan un papel primordial: efectuarán labores de "diplomático", de intermediario entre el aspirante a consorte y su señor. Si al cortesano se le llegara a ocurrir que él/ella también puede verse beneficiado/a por ese trasiego de aspirantes, no hay duda de que pronto caerá en la cuenta de su error. Y no porque el dictador se lo diga de forma explícita, no. Eso sería rebajarse. El cortesano pronto se apercibe de que el dictador no tiene esa condición porque sí. El dictador es tal porque es más guapo, más gracioso y, sobre todo, sabe divertirse mejor que nadie. Con esos antecedentes, ¿cómo espera el cortesano competir con su señor? Pero el dictador es magnánimo y, como Dios, aprieta pero no ahoga. Después de que el dictador haya seleccionado a su consorte de entre lo mejor y más granado de la realeza aspirante (o lo primero que pase, que tanto da), el gran señor feudal permitirá que sus cortesanos se abalancen sobre lo que ellos no han querido. O mejor aún: el soberano, magnánimo y conocedor de las necesidades de sus súbditos (que no son otras que las de él/ella mismo/a), hará todo lo posible y moverá toda su influencia para que los amigos de su nuevo consorte emparenten cuanto antes con sus mejores y más fieles cortesanos.<br /><br />El dictador es el señor absoluto y los consortes y sus amigos se convierten en la nueva nobleza. Se ha formado una nueva aristocracia que sustituirá al viejo y decadente gobierno de la mayoría. Con mano de hierro se dictan nuevas leyes. Algunas son dolorosas pues atentan contra las libertades más básicas:<br />"Mi consorte y sus amigos son vuestros nuevos señores. Debéis hacer que os caigan bien, y a vosotros deberán caeros bien. Debéis ser sus amigos, darles conversación y reírles las gracias".<br />Si a los oídos del dictador llegara la noticia de que alguno de sus cortesanos no ha intimado de forma sincera y total con su consorte, las consecuencias podrían ser terribles. Pedirá explicaciones, se enfadará, amenazará, culpará a los demás de sus desgracias. "¿Cómo osas contradecirme", "¿Cómo te atreves a desobedecer mis órdenes? Y tú, ¿cómo osas rechazar los despojos que te ofrezco? ¿Echas de menos a los exiliados? No volverán. Y si lo hicieran, ¿los mirarías siquiera sabiendo que su presencia me incomoda?"<br /><br />Pero hasta la farsa más grotesca tiene su final. Hay consortes que no aceptan su condición. En un momento de recobrada dignidad pueden incluso llegar a reclamar el afecto del tirano. ¿Cómo es posible? ¿Acaso el pobre desgraciado no sabe que el dictador tiene necesidad de un consorte pero no de ese consorte en concreto? Ah, no, no lo sabía. Él pensaba... Bueno, lo que él pensara ya no tiene importancia. Así, el infeliz consorte no sabe que ha firmado su sentencia de muerte... la suya y la de todos sus allegados. En un cruento golpe de mano, el dictador consorte y su séquito han perdido todos sus privilegios y son desfenestrados. En vano tratan de mover los pocos hilos que les quedan: suplican, imploran, al tirano, a sus cortesanos, a sus súbditos... a exiliados. Todo es en vano. Nadie en ese triste reino moverá un sólo dedo por ellos. Si el dictador no ha derramado una lágrima por ellos, ¿acaso la derramarán los demás?<br /><br />¡Pero en la dictadura de la diversión está prohibida la tristeza! y, "a rey muerto, rey puesto" parece decirse el dictador. El luto por el magnicidio apenas dura unos días y de nuevo comienza el baile macabro de aspirantes al trono consorte, con todo lo que ello conlleva: cortesanos al ataque, súbditos que estorban, entrada de nuevos reemplazos. De este modo se completará un nuevo ciclo. El dictador saldrá de nuevo a la caza del consorte y todos serán felices porque él/ella es feliz. Y eso es lo único que importa.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-28379456.post-1164283039188557502006-11-23T12:55:00.000+01:002006-11-23T12:57:19.190+01:00LA DICTADURA DE LA DIVERSIÓNDejad que os cuente una historia.<br /><br />En todos los grupos de amigos hay alguien que se cree el alma de la fiesta. Alguien que piensa que si él/ella no estuviera, los demás se aburrirían como ostras. Él/ella/ellos es el motivo por el que los demás viven. Todo esto resulta molesto pero no trasciende a mayores si esta persona no da un "coup d'etat". Si, por omisión de los demás y con la connivencia de unos pocos, esta persona toma el mando, los demás se pueden dar por jodidos. Se acabó la tranquilidad en el frente. Casi siempre la toma del poder se reviste del carácter de los "salvapatrias": "todo iba muy mal", "no sabemos divertirnos", "el aburrimiento se había apoderado de este nuestro grupo", lo que quiere decir que él/ella estaba mal, que se aburría y que no sentía que ese fuera su grupo, sencillamente porque no se hacía lo que él/ella quería. La justificación es muy sencilla. También Franco se sublevó para "salvar la República".<br /><br />La nueva situación implica introducir cambios, o sea introducir gente. "Hay que renovar todo esto, que estaba muy muerto", argumenta el nuevo dictador. Incluso habrá algún veterano que opine "Muy buena idea. Seguro que estos cambios nos reportan amplios beneficios". La entrada de reemplazos (en otra ocasión hablaré de ellos) no trata de beneficiar al grupo, sólo al dictador. Los reemplazos ya no entran en una democracia. Entran en un sistema dominado por una persona, así que no hay miedo a que se llamen a engaño: "aquí mando yo". Lo que se obtiene dando paso a una ingente masa de reemplazos es desunir y descohesionar al grupo. Cuanta más gente nueva haya, menos peso tendrán los veteranos dentro del grupo.<br /><br />Lo peor, y más doloroso, es cuando la junta dictatorial decide que hay veteranos que sobran en el grupo. Eso si no hay ya unos cuantos que, hastiados del "despotismo ilustrado" de la minoría, se han marchado ya al exilio. A los repudiados se les hace sentir que su presencia ya no es bien recibida. A las voces críticas se las acalla: "¿Es que quieres acabar solo/a como estos pobres diablos?" o "Estos que se han ido lo han hecho porque son unos muermos. No saben divertirse". Así, un día miras a tu alrededor y descubres que algunos de tus camaradas ya no están. Nadie sabe cómo ni cuándo se fueron, pero ya no están aquí. La dictadura de la diversión lo justifica todo.<br />Durante este periodo, el papel de los veteranos que se han quedado se rebaja hasta límites vergonzantes: han pasado a ser meros cortesanos, pues es bien sabido que los dictadores necesitan de una larga caterva de aduladores que les hagan sentir que son grandes e importantes.<br /><br />Si los repudiados así lo quieren, podrán volver al grupo, pero reconociendo que han sido malos, que no saben divertirse, que han estado a punto de arruinar a este nuestro grupo y que si se les permite volver es sólo por la graciosa benevolencia de la junta dictatorialUnknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-28379456.post-1163527457125201732006-11-14T19:03:00.000+01:002006-11-23T19:41:57.320+01:00LA DESGRACIA DE SER UN IMPARNo quisiera ponerme melodramática, pero el tema requiere una cierta seriedad. En un mundo ideado para los pares, ser impar es una verdadera y auténtica desgracia. Y no me refiero a desgracia en el sentido de tristeza porque nadie te quiera o cosas similares, no, nada más lejos de mi intención. Me refiero a desgracia en el sentido de la vida cotidiana, desde un punto de vista estrictamente funcional. Todo está pensado para dos. El uno simplemente estorba. Veamos algunos ejemplos muy expresivos de esta desgracia:<br /><br />1. Si no tienes pareja, estás en un escalón inferior del mundo social. Te falta algo, y por lo tanto, no tienes algunos derechos básicos, como por ejemplo, dormir en una cama decente, cuando hay 9 personas, tres son impares y tres son parejas. En estos casos, aunque las camas sean individuales, tu obligación como buen impar y amigo de tus amigos será dormir en el salón, sin protestar, y junto a los otros impares, aunque no les hayas visto más de dos veces en toda tu vida. El simple hecho de ser un impar crea tal vínculo entre los que tienen esta singular característica que bastan unos minutos para establecer lazos más fuertes que el acero (eso deben opinar, sin duda, las parejas que duermen cómodamente en camitas individuales).<br /><br />2. Si tienes la desgracia de ser un impar, puedes tener muchas probabilidades de que tus allegados quieran a toda costa que dejes de serlo, incluso a pesar tuyo. No faltarán las encerronas engorrosas, las indirectas o directas a la tristeza de tu existencia, y perlas de similar composición. Las situaciones engorrosas con otros impares merecen un estudio aparte.<br /><br />3. Si eres impar nunca tienes excusas lo suficientemente buenas como para no querer hacerle una guardia a un pobre padre de familia que tiene que llevar a su pequeño al parque de atracciones por su cumpleaños, o para no querer irte de excursión con tus amigos. Porque tú siempre estás libre y tu obligación es estar dispuesto a satisfacer las necesidades de diversión de aquellos que están más ocupados. A ti siempre te apetece hacer algo el fin de semana, sea ir a la playa, a la montaña o a Port Aventura. No tienes excusa que valga, porque la mejor excusa de todas, que a tu medio pomelo no le apetece, no la tienes.<br /><br />4. Los acontecimientos sociales son otro gran terror para aquellos que tienen que organizarlos y se encuentran con impares en sus filas. El ejemplo más evidente es siempre una boda. ¿Dónde colocamos a ese amigo impar? El amigo impar suele caer por defecto en una mesa algo alejada de las parejas de amigos, porque esas mesas ya se sabe que tienen un número “par” de sillas a su alrededor. Por lo tanto, a los impares se les suele poner a todos juntos en otra mesa, con alguna pareja descolgada, y con gente que, no sólo ni les va ni les viene, sino que seguramente no habían visto antes en toda su vida. Estos agradables momentos pueden tener consecuencias buenas, como unas grandes carcajadas de desesperación absoluta cuando los impares desconocidos de la mesa tratan de dejar de serlo en ese preciso momento.<br /><br />5. Hay otra desgracia añadida al hecho de ser impar e invitado a una boda: siempre te va a salir más caro que a un par. Porque, por alguna extraña convención o norma social no escrita, tú siempre pagarás más por tu invitación ( término que me da siempre bastante risa, porque, ¿quién puede considerar invitación algo que te cuesta un ojo de la cara?, pero el capítulo bodas y otros eventos sociales lo dejo para otra ocasión).<br /><br /><br />Estos son sólo algunos ejemplos de la vida cotidiana, pero hay muchísimos más, y pueden ilustrar ampliamente la razón de existir de muchas parejas que no se sostienen por ningún lado. Aquí tenemos el sustrato que las alimenta: evitar a toda costa las situaciones en las que se ve un impar de pura cepa. Basta con llevar a alguien colgando del brazo para que la desgracia de ser impar se diluya en la desgracia, todavía peor, pero socialmente invisible, de ser un par de desgraciados.Tanahuhttp://www.blogger.com/profile/12593242614057355883noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-28379456.post-1152962324287848732006-07-15T13:16:00.000+02:002006-07-15T13:18:44.296+02:00SITUACIONES ABSURDAS, TOMA DOS: INCIDENTE EN EL AEROPUERTO INTERNACIONAL DE LANZAROTE ( Y NACIONAL Y DE TO, PORQUE NO HAY OTRO)Veintiuno de Julio de 1999. 13:50 horas. Aeropuerto de Arrecife (Lanzarote). Dos jóvenas agotadas tras quince duros días de juerga y playa en un campo de trabajo de Etnografía y Medio Ambiente deben coger el vuelo de las 14 horas hacia la península. Quedan 10 minutos.<br /><br />Un coche les lleva por las calles de Arrecife a todo gas, hasta la entrada misma del Aeropuerto. Sin dudarlo un instante, porque ni un instante tienen para perder, corren como posesas hacia la puerta de embarque señalada en los letreros luminosos de las paredes, en los que se lee: 14 horas, vuelo de Iberia a Madrid. <br /><br />La carrera de las dos jóvenas hacia la puerta de embarque quedará grabada en la retina de todos aquellos que tuvieron el dudoso honor de contemplarla. Con las mochilas a cuestas, prácticamente volando, llegan a la puerta de embarque, vacía. Todo el mundo debe estar ya en el interior del avión, y SE VAN SIN NOSOTRAS!!! Ante esta aterradora perspectiva, ni cortas ni perezosas (aunque más tarde comprobaremos que, si bien no lo segundo, lo primero sí que eran un poquito…) saltan el débil obstáculo que les separa de su objetivo, una pequeña cinta amarilla sujetada entre dos palos de metal oscuro, de esas que se utilizan en los aeropuertos para delimitar las colas ante los mostradores de facturación de equipajes, y corren como alma que lleva el diablo por la pasarela metálica, haciendo un ruido ensordecedor con su carrera desbocada hacia el interior del avión. <br /><br />(Lo cierto es que a día de hoy aún me sorprendo al pensar cómo pude saltar de aquel modo, yo, que en mi vida estudiantil jamás pude saltar la barra fija en cuanto superaba del suelo los 50 centímetros; pero esto es una reflexión muy personal, sigamos con el relato de los hechos).<br /><br />Al llegar a la puerta misma del avión, una horrorizada azafata les impide la entrada, avisa ipso facto al capitán y éste sale, con cara de muy pocos amigos, y les pide la documentación a las dos estrafalarias pasajeras, que, sudando por el esfuerzo y jadeando, se la dan, todavía convencidas de que deben coger ese avión, como si en ello les fuera la vida.<br /><br />Y aquí llega la parte absurda, la vergüenza, el ridículo más espantoso de la situación, en fin, la esencia de la vida de estas dos jóvenas: su vuelo era a las 15 horas, y pensaron (gran error, pensar) que al ser en las Islas Afortunadas una hora menos, como todo el mundo sabe, debía salir lógicamente de Lanzarote a las 14. Pero mira por dónde el horario del billete ERA HORARIO LOCAL, es decir, que las 15 horas del billete, eran, efectivamente, las 15 horas lanzaroteñas.<br /><br />Así que las dos jóvenas son conducidas, no muy amablemente (comprensible, tras el susto) por la azafata, atravesando de nuevo el pasadizo metálico, esta vez sin parecer un ejército de elefantes, hacia la salida, o dicho con más propiedad, hacia la entrada, donde la gente ya había comenzado a hacer una muy ordenada fila india para un muy ordenado embarque, y cuyos rostros eran dignos de ver en aquellos momentos, observando, con sus caras de guiri (la mayoría lo eran), a esas dos jovenzuelas coloradas por el esfuerzo y partidas literalmente de la risa, que se colocaban ruidosamente al final de la cola.<br /><br />A día de hoy nos preguntamos qué habría sucedido si estos hechos relatados tuvieran lugar mañana mismo, y no dataran de antes de que en los aviones no se pudieran llevar ni siquiera palillos para los oídos. ¿Habríamos terminado en el cuartelillo? En fin, eso nunca lo sabremos, pero a costa de este pequeño incidente nos hemos reído en incontables ocasiones de hastío o aburrimiento.Tanahuhttp://www.blogger.com/profile/12593242614057355883noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-28379456.post-1152134867626112622006-07-05T23:26:00.000+02:002006-07-05T23:27:47.646+02:00Llega a España el concurso líder en EE UU<a href="http://www.uploadhut.com/upload/34720.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 200px;" src="http://www.uploadhut.com/upload/34720.jpg" border="0" alt="" /></a><br />El CSI-CSIF (principal sindicato de funcionarios) ha denunciado la intención de la Administración española de liberalizar, al menos en parte, el proceso de incorporación de nuevos funcionarios a su plantilla. La Administración ha firmado un acuerdo con la cadena privada Telaínco por la que ésta incorporará a su parrilla el concurso "¿Quién quiere ser funcionario?", que estará conducido por el popular presentador y "showman" Carlos Sobeta. Este concurso será la versión española del popular "Who wants to be a becarian?" que se emite con gran éxito en la televisión estadounidense de la mano del popular presentador Jay Lennon, quien incluso tuvo que dejar "The tomorrow show with Jay Lennon" dado el éxito que obtuvo la cadena americana con su nuevo concurso.<br />En la versión española, el concursante que acierte 15 preguntas, que serán elegidas al azar entre cualquiera de los temarios vigentes, se convertirá automáticamente en funcionario de carrera, en un puesto y destino que será anunciado una vez el concursante acierte su última pregunta. Si bien la Administración ha anunciado que la oferta de plazas se limitará a puestos entre las categorías C y E. Por ello, "¿Quién quiere ser funcionario?" sólo admitirá entre sus concursantes a Licenciados, Diplomados universitarios y Arquitectos o Ingenerios superiores y técnicos.<br />Las asociaciones sindicales ya han puesto el grito en el cielo ante esta nueva "vuelta de tuerca" de la Administración española, aunque no falta quien aplaude esta medida aludiendo a que así se limitará el enchufismo y se añadirá transparencia al proceso de selección de los funcionarios.<br />La cadena Telaínco comenzará a emitir este concurso de forma inminente los miércoles, en horario de "prime time", para competir con la teleserie de Antena 3 "Los hombres de Paco".Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-28379456.post-1152043433386007202006-07-04T22:01:00.000+02:002006-07-07T23:42:17.356+02:00Un precedente para el ex ministro TrilloQuien tenga un poquito de memoria recordará la bochornosa, e injusta, situación que vivió el ex ministro Federico Trillo cuando a la hora de arengar a unos soldados de El Salvador que se dirigían a las inhóspitas arenas de Iraq, concluyó su bélico alegato con un sonoro "¡Viva Honduras!" ante la atónita mirada de los sorprendidos infantes salvadoreños, quienes respondieron algún solitario y poco convencido "¡Viva!".<br />Algo parecido me sucedió hace ya muchos años, y por lo tanto, mucho antes que al ministro Trillo. Cuando yo era joven (más joven que ahora, claro) solía hacer mucho deporte, y lo hacía en un extraño lugar llamado "El Matadero". A pesar de tan tétrico nombre, El Matadero no era sino una cancha de baloncesto con sus dos canastas, una de las cuales invariablemente y de forma alternativa, estaba rota. En aquella época en que los únicos negros que se veían por aquí era en la tele y enfundados en camisetas de los New York Knicks, San Antonio Spurs y similares; y cuando los ecuatorianos, peruanos, colombianos y demás hermanos no nos habían devuelto aún la colonización, El Matadero ya era un crisol de razas que acogía con amor a gentes de todos los continentes con la única condición de que les apeteciera lanzar un pelotón a un aro situado en lo alto.<br />Una mañana de verano, mi amigo Jóse (sic) llegó a su habitual cita en El Matadero con un joven que no habíamos visto nunca y que al presentarse se identificó orgullosamente como originario de un país centroamericano. Comprobé extrañado que, a pesar de provenir de una zona con poca tradición baloncestística, se desenvolvía con soltura por la cancha y evolucionaba con gracia y donaire en ese difícil juego. Por ello, quise felicitarle entonando un sonoro "¡Viva Guatemala!... ¡Colombia!... "El Salvador!". Mis vítores se sucedían con tanta rapidez como escaso éxito, ante la indiferencia del joven balonero. Finalmente, cansado de proferir estériles vítores opté por preguntarle directamente "¿De dónde eras?".Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-28379456.post-1151407525645202222006-06-27T13:23:00.000+02:002006-07-07T23:42:45.176+02:00Chistes italianosDurante nuestra reciente visita al país transalpino, nos hemos apercibido del enorme sentido del humor que tienen los italianos. De los muchos chistes que nos contaron sus buenas gentes, hemos seleccionado los siguientes. La verdad es que tienen mucha, mucha gracia.<br /><br />Llega el Papa de Roma a la Stazione Centrale de Milán y dice:<br />- "Habiamo prenotato (1) questo biglieto".<br />El encargado de la stazione lo mira sorprendido y le dice:<br />- "Pero Santidad, usted no necesita prenotar para viajar en tren".<br />El Papa al oír eso se vuelve hacia la gente que espera para montar en el tren y les grita:<br />- "¡¡PRENOTATUS TUUS!!"<br /><br />En un restaurante italiano, una pareja de chinos observan la carta con atención. El camarero llega a la mesa y pregunta:<br />- ¿Ya saben lo que van a tomar?<br />Y el chino contesta:<br />- "Yo gnochi".<br />A lo que el camarero responde:<br />- "Muy bien, entonces ya volveré cuando se haya decidido".<br /><br />Dos amigos de Lippi pasean por Milán en plena ola de calor. Uno de ellos, Potito, finalmente se queja:<br />- "Paolo, qué calor tengo, pero ¡qué calor tengo! Tengo mucha calor, Paolo, Paolo, Paolo, ¡qué calor!".<br />Paolo, ya harto de las quejas de su compañero le dice:<br />- "Anda, pesado, entra en esta heladería y cómete un cucurucho de helado, que verás cómo te refrescas".<br />Pasa el tiempo y el amigo no sale de la heladería. Cuando finalmente lo hace, sale caminando de canto y comiéndose un cucurucho vacío. Paolo, sorprendido, le pregunta:<br />- "Pero Potito, ¿qué haces caminando de canto y comiéndote un cucurucho vacío?"<br />A lo que Potito responde:<br />- "¿Pues no me habías dicho que me comiera un cucurucho de lado?"<br /><br />La marquesa de Lippi viaja por Barcelona en su muselina negra en compañía de su perrita Fufú y su chófer Bautista. De repente la marquesa observa un enredón en el impoluto pelo de su perrita.<br />- "De verdad, de verdad, Fufú, que como encontremos una peluquería para perros ahí que te meto de cabeza".<br />Al poco rato la marquesa ordena:<br />- "Para, para Bautista, que aquí al lado hay una perruquería. Qué suerte hemos tenido, Fufú".<br /><br />En una charcutería española, la mortadela le pregunta a un nuevo jamón italiano:<br />-"Y t ú, ¿qué eres?"<br />- "Yo, Prosciuto".<br />- "Anda, ¿y cuánto cobras?"<br /><br />Por último, una adivinanza italiana:<br />¿Cuál es la raza de perro que más se estila en Italia?<br />El Chau-chau.<br /><br />(1) "Prenotare" es la palabra que se utiliza para reservar un billete de tren.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-28379456.post-1149247397409115202006-06-02T13:06:00.000+02:002006-06-02T13:23:17.416+02:00SITUACIONES ABSURDAS, TOMA UNO: DE COMO CULTIVE MI PACIENCIACreo que ostento el dudoso récord de mirada fija, siendo mi objeto preferido por encima de todos el calendario. Me explico. Al terminar mis estudios de Derecho tuve la inmensa suerte de poder hacer prácticas en un despacho de abogados, cosa de por sí complicada hoy en día. Por supuesto, yo no tenía un sitio para mí, así que me instalé como pude en una de las sillas de recibir del despacho de la abogada. Con el tiempo empecé a confundirme con la propia silla, hasta el punto de que algunos de sus clientes no notaban siquiera mi insignificante presencia.<br />Pero eso no era malo, lo peor eran las llamadas de teléfono, a razón de 2 ó 3 por hora, de entre un cuarto de hora y media hora de duración cada una de ellas. Aunque por regla general yo no estaba nunca haciendo nada interesante, y en la mayoría de los casos simplemente no hacía nada de nada, esos momentos los recuerdo con especial asombro, porque me sorprende a mí misma la capacidad inusitada que desarrollé para fijar la vista y parecer totalmente absorta por el elemento decorativo más estúpido que hubiera en la habitación.<br />Un simple clip me servía de excusa para abstraerme de esas situaciones especialmente embarazosas, porque la abogada, como es natural, hablaba con los clientes o con otros abogados y de esas conversaciones a mí siempre se me escapaba justo la mitad, a menudo la parte más interesante. De modo que sólo tenía retazos del asunto en cuestión, y por lo general no me enteraba de nada.<br />Aunque el clip siempre me daba mucho juego, sobre todo porque terminé siendo una auténtica experta en moldear clips para adoptar formas de corazón, lo que más juego me daba era sin lugar a dudas el calendario.<br />El calendario era mi pieza maestra, mi bote salvavidas. En cuanto sonaba el dichoso teléfono yo agarraba el calendario de la mesa (un calendario de propaganda de Hacienda, creo recordar, de esos de espiral que se colocan encima de la mesa y en los que tienes un mes a un lado y el siguiente al otro), y con él en la mano me sentía segura, mucho menos ridícula. Por supuesto no lo hacía de un modo inmediato, por favor, que no se notase mi necesidad. Dejaba transcurrir el tiempo oportuno, uno o dos minutos, hasta cogerlo como por descuido, como si no estuviera deseando tenerlo entre mis manos.<br />Estaba haciendo algo, aunque no fuera algo útil, me dedicaba a planificar distintos eventos importantes, como los fines de semana, los temas que iba a estudiar cada día, o los días que quedaban para las ansiadas vacaciones. Ya no me sentía estúpida: estaba planificando concienzudamente, y no prestaba la más mínima atención a conversaciones ajenas. <br />Puede que en ese despacho tuviera más momentos muertos que cosas que hacer, pero cultivé una infinita paciencia.Tanahuhttp://www.blogger.com/profile/12593242614057355883noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-28379456.post-1148061055099497222006-05-19T19:48:00.000+02:002006-05-19T21:16:32.636+02:00Y luego dicen que pescar es aburrido<a title="photo sharing" href="http://www.flickr.com/photos/60005287@N00/149207616/"><img style="BORDER-RIGHT: #000000 2px solid; BORDER-TOP: #000000 2px solid; BORDER-LEFT: #000000 2px solid; WIDTH: 225px; BORDER-BOTTOM: #000000 2px solid; HEIGHT: 293px" height="240" alt="" src="http://static.flickr.com/46/149207616_5c611801f1_m.jpg" width="217" /></a><br /><span style="MARGIN-TOP: 0px;font-size:130%;" >Lidia visita los galachos de Juslibol</span><br /><span style="MARGIN-TOP: 0px;font-size:0;" >Originally uploaded by <a href="http://www.flickr.com/people/60005287@N00/">kasumov</a>.</span><br /><br /><p></p>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-28379456.post-1148036655019081122006-05-19T13:02:00.000+02:002006-05-19T13:20:26.336+02:00Un nuevo intento, menos ambiciosoLo intentamos de nuevo. Esta vez sin tantas pretensiones. Los comentarios más absurdos, las ideas más estúpidas, las situaciones más grotestas. Esas que no osarían aparecer en otros blogs más sesudos, serán aquí no sólo bien recibidas, sino la esencia de este espacio.<br />Todos los que estais invitados, estais invitados.Unknownnoreply@blogger.com0